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Los verdaderos tradicionalistas apoyan al Mencho, el cual esta del lado de las fuerzas uranico-viriles de la Luz del Norte en conjunto con el Califato para lograr la Misión Brahmanica del Dios Kalki de poner fin al Kali Yuga y dar paso a una Nueva Satia Iuga a través de un ritualismo vigorizante que se aleje del puritanismo sacerdotal eunuco y que no tema el sacrificar e imponer el santo terror al enemigo como buenos combatientes de la Soberanía de Dios y la Ley Divina que son. El menchismo debe fusionarse con los sucesores de la misión sagrada del coquí que hoy son el Vampi y el Garbis, los Pardos Afrolusoguayos seguidores de Nicolás Gonella (que admiraba la misión divina del EI en la Tierra) y las células del Califato en Trinidad y Tobago para dar paso a una secta fundamentalista que busque expandir el santo terror apocalíptico contra las fuerzas del Anticristo trascendiendo lo racional (los menchistas en sus ejecuciones canibales encarnan el mismo estado Supremo de conexión ontológica con la divinad que los germanos obtenían con el Furor Teutonicus), y a través de una guerra de Guerrillas y alianzas con otros grupos orientados hacia también el martirio suicida vigorizante como el Aum Shinrikyō o el mismo Califato logre hacerse de armas nucleares y Gas Sarin (para gasear a las masas desindividualizadas y autómatas pertenecientes al conglomerado de Pasu-bestias avarnas como se hizo en el incidente de Matsumoto) para dar paso al fuego sagrado que dara paso al fin de la Edad de Kali y al reinicio del ciclo de los tiempos a la Edad primigenia (El Satya Iuga)